OÍDO DEL NADADOR


El oído del nadador o también llamada otitis externa, es un proceso inflamatorio que se desarrolla en el conducto auditivo externo, que va desde el tímpano hasta la parte externa de la cabeza. Suele ser producto del agua que queda en el oído después de nadar, factor que crea un ambiente húmedo que eleva el pH y destruye el cerumen creando las condiciones propicias para el crecimiento de bacterias. Su principal característica es la inflamación del canal auditivo, cursando la aparición de dolores, secreciones y en casos severos, pérdida irreversible de audición. La estructura del CAE contribuye al desarrollo de la otitis externa, ya que el epitelio que lo tapiza es muy fino y puede lesionarse con facilidad, practicas como introducir los dedos, hísopos de algodón, horquillas del pelo u otros objetos en los oídos, también pueden provocar una lesión, al dañar la capa delgada de la piel que recubre el conducto.

El tratamiento temprano puede ayudar a prevenir las complicaciones e infecciones más graves.

Sintomas

Los síntomas del oído de nadador son leves al principio, pero pueden empeorar si la infección no se trata o se propaga. Los especialistas clasifican el oído de nadador de acuerdo con las etapas de progresión leve, moderada y avanzada.

Signos y síntomas de infección leve

- Comezón en el canal auditivo

-  Ligero enrojecimiento dentro del oído

- Molestia leve que empeora al tirar del oído externo (pabellón o aurícula) o al empujar el bultito que se encuentra frente al oído (trago)

-  Secreción de líquido claro y sin olor

Progresión moderada

-  Picazón más intensa

-  Aumento del dolor

-  Enrojecimiento más intenso en el oído

-  Drenaje excesivo de líquido

-  Sensación de llenura dentro del oído y bloqueo parcial del canal auditivo por inflamación, líquido y residuos

-  Audición reducida o amortiguada

Progresión avanzada

-  Dolor intenso que podría irradiarse a la cara, el cuello o el lado de la cabeza

 - Obstrucción completa del canal auditivo

-  Enrojecimiento o inflamación del oído externo

-  Hinchazón en los ganglios linfáticos del cuello

-  Fiebre

Signos de consulta médica: en caso de presentarse:

-  Dolor intenso

-  Fiebre 

Defensas naturales del oído 

Los conductos auditivos externos tienen defensas naturales que ayudan a mantenerlos limpios y a prevenir las infecciones. Las características de protección incluyen lo siguiente:

-  Una película delgada y ligeramente acídica que repele el agua recubre el conducto auditivo y previene el crecimiento de bacterias. La cera (cerumen) es una acumulación de esta película cerosa, células muertas de la piel y otros residuos que se desplazan hacia la abertura del conducto auditivo para mantenerlo limpio.

-  El oído externo, especialmente alrededor de la abertura del conducto auditivo, ayuda a prevenir el ingreso de cuerpos extraños.

Aparición de la infección

Una de las causas del oído de nadador, es una infección causada generalmente por bacterias, (otitis externa) otro motivo es una baja de las defensas naturales; 

Condiciones que a menudo contribuyen a la infección, se incluyen las siguientes:

-  Humedad en el conducto auditivo que genera un entorno ideal para el crecimiento de bacterias

-  Exposición a agua contaminada

-  Daño en la piel sensible del conducto auditivo que da lugar a la infección

Factores de riesgo

Algunos de estos factores son:

- El exceso de humedad en el conducto auditivo debido a la traspiración intensa, el clima húmedo prolongado o el agua que queda en el oído después de nadar

-  La exposición a niveles altos de bacterias en agua contaminada

-  La limpieza del conducto auditivo con hisopos de algodón, horquillas o las uñas, la cual puede producir rasguños o abrasiones

-  El uso de dispositivos en los oídos, como auriculares o audífonos, que pueden provocar roturas diminutas en la piel


Complicaciones

Por lo general, la otitis externa no es grave si se trata oportunamente, pero pueden ocurrir complicaciones.

-  Pérdida temporal de la audición. Es posible que experimentes una reducción de la audición que suele mejorar una vez que desaparece la infección.

-  Infección a largo plazo (otitis externa crónica). Se suele considerar que la infección del oído externo es crónica si los signos y síntomas persisten durante más de tres meses. Las infecciones crónicas son más frecuentes si existen afecciones que dificultan el tratamiento, tales como una cepa de bacterias inusual, una reacción alérgica de la piel, una reacción alérgica a las gotas con antibióticos para los oídos, una afección de la piel como dermatitis o psoriasis, o una combinación de infecciones bacteriana y fúngica.

-  Infección del tejido profundo (celulitis). En raras ocasiones, la otitis externa se puede diseminar hasta las capas profundas y los tejidos conectivos de la piel.

-  Daño óseo y cartilaginoso (osteomielitis temprana de la base del cráneo). Esta es una complicación poco común de la otitis externa que ocurre a medida que la infección se propaga al cartílago de la oreja externa y a los huesos de la parte inferior del cráneo, lo que causa dolor cada vez más intenso. Los adultos mayores, las personas con diabetes y las personas con un sistema inmunitario debilitado corren un riesgo mayor de esta complicación.

-  Infección más extendida. Si la otitis externa se convierte en osteomielitis avanzada de la base del cráneo, es posible que la infección se propague y afecte otras partes del cuerpo, como el cerebro o los nervios cercanos. Esta complicación poco frecuente puede ser mortal.


Prevención

Sigue estos consejos para evitar el oído de nadador:

-  Mantén los oídos secos. Después de nadar o bañarte, inclina la cabeza hacia un costado para ayudar a drenar el agua del conducto auditivo. Seca solo el oído externo, limpiándolo suavemente con una toalla suave. Puedes secarte el canal del oído externo con un secador si lo pones en el nivel más bajo y lo colocas a una distancia de por lo menos 1 pie (unos 30 centímetros) del oído.

-  Nada de forma segura. No nades en lagos o ríos cuando haya advertencias de recuentos altos de bacterias.

-  Protege los oídos al nadar. Usa tapones de baño a medida, acompañados de gorro y/o bandas elásticas para su sujeción, mientras nadas para mantener los oídos secos.

-  Protege los oídos de las sustancias irritantes. Coloca algodón en los oídos cuando uses productos como aerosoles o tintes para el cabello.

-  Ten cuidado después de una infección o cirugía de oído. Si tuviste una infección de oído o te sometiste a una cirugía de oído recientemente, consulta con el médico antes de nadar.

- Evita colocar objetos extraños en los oídos. Nunca intentes rascar si te pica, ni extraer la cera del oído, con instrumentos como hisopos, clips para papeles u horquillas para el cabello. El uso de estos instrumentos introduce el material más adentro en el conducto auditivo, irrita la piel del oído interior o lastima la piel.

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